viernes, 2 de octubre de 2020

Capitulo 4

 
Kassandra se queda sentada, los dos se visten en silencio. Ninguno de los dos quiere una despedida traumática. Benicio mira con agradecimiento a Kassandra.
--gracias por tu entrega, por tu amor sin condiciones..
Al hombre le cuesta hablar. No la quiere herir pero piensa que la hará más daño si sigue con esto. Ella se le acerca. Él sabe que está sufriendo y le agradece por dentro que no le haga las cosas difíciles.
--no digas nada. Has sido lo mejor de mi vida.
Ella lo besa en los labios:
--vete tranquilo y sé feliz. Nada me importa más.
Los amantes se miran fijamente. Se miran en silencio. A los dos le duele la despedida. Ella está dispuesto a todo por él. Benicio tendría que renunciar a demasiadas cosas y no se siente preparado. Quisiera decirle tantas cosas. Decirle que para él ha sido especial, que no ha sido sexo únicamente, que le ha gustado que lo eligiera para ser el primero. Mas no se atreve. Aunque su mirada lo dice todo. Kassandra no está segura de los sentimientos de Benicio hacia ella pero sí está segura de lo mucho que lo ama y de lo feliz que ha sido al conocerlo. Benicio deja el estudio atrás. Se queda en la puerta. Una puerta que se ha cerrado. El recuerdo de unos días que ya no volverán. Por un momento quiere volver atrás. Quiere volver a esa felicidad que ha sentido. Una felicidad que nunca antes había sentido.
--No, no tiene sentido. Esto no saldría bien.
Aunque ante él se muestra fuerte, Kassandra llora. Mira ese cuadro y es como si lo estuviera mirando a él. A Benicio le duele el llanto de la joven. Pone la mano en el pomo. Va a entrar.
--No me puedo ir así --se reclama-- es apenas una niña.
Y con una sonrisa pícara se dice:
--yo la hice mujer. No la puedo abandonar.
Finalmente, aunque no piensa aceptar un matrimonio por conveniencia tampoco quiere dar el disgusto a sus padres de convertir una gitana en princesa.
--Asi es mejor.
Mira la puerta con tristeza y se va. Kassandra está angustiada. En los últimos días su mundo ha sido su príncipe.
--¿¡que voy a hacer ahora sin ti? --dice ella mirando el cuadro.
Se queda un largo rato mirando ese cuadro. Es como si él la mirara. Lo va acariciando:
--parece tan real... es como si estuviera conmigo.
Sonríe mirando el cuadro y recordando los días que pasó con su amado.
--No tengo que estar triste. Lo tengo a él.
Agarra un pincel:
--y tengo mi pintura. No debo olvidar para qué vine aquí. Seré una gran pintora.
Mira fijamente al cuadro y dice:
--algún día esta cuadro será un tesoro, algún día nadie hablará del principe que se dejó pintar por una principiante sino de la famosa pintura que retrató al principe.
Con esa ilusión Kassandra quiere iniciar esa nueva etapa de su vida.

Más triste y con más culpa Benicio entra en el palacio. Quiere ducharse, encerrarse en su recámara y no salir y no pensar aunque le es dificil. Tiene clavada en el alma la triste mirada de su amante.
--soy una basura, soy una basura --repite con culpa.
Se sorprende al encontrar en su casa gente que no conoce junto a sus padres. El padre se acerca a su hijo emocionado. Junto a un matrimonio que el principe no conoce está una chica joven, bonita, que mira al príncipe con ilusión.
--hijo, te presento a tu novia la Princesa...
Benicio no deja acabar la frase a su padre:
--¿¿qué dijiste?
A la joven le duele la cara de él. se nota que el principe no sabía nada de su llegada y que no está de acuerdo. El padre del principe se acerca a su hijo. Fuerza una sonrisa:
--mi hijo es muy bromista. Él está encantado con la boda. Aunque ahora quiere hacerse el sorprendido él sabe que en dos días se anunciará el compromiso. Será la boda del año.
Esta excusa convence a "los suegros" aunque no a la joven. Benicio iba a protestar pese a la cara de suplica de su madre. Su padre le agarra del cuello y en un acto que finge ser paternal le susurra:
--no te comportes como un niño malcriado. Te vas a casar con la princesa o te olvidas que eres mi hijo.
Benicio da un empujón a su padre.
--¡¡a la mierda, todos a la mierda¡ ¡¡no me voy a casar¡
El padre abofetea a su hijo.
--¡¡pide perdón ahora mismo¡¡
Benicio fuerza una sonrisa. Mira a la princesa y en tono cortés dice:
--Rubia...
La joven está emocionada esperando un cumplido.
--es despreciable que te quieras casar con un desconocido. Eso sólo lo hace una zorra.
Esta vez es el pretendiente a suegro quien abofetea al principe. Entre el bochorno y el llanto de la joven se la llevan. El padre del principe les suplica, les quiere hacer creer que todo es una broma de su hijo. Benicio va a su cuarto, su madre llora. Le suplica. Decepcionado porque sus padres no escuchan sus sentimientos.
--ahora soy yo el que no quiere ser el hijo de ustedes.
Pese a los ruegos de su madre el principe hace las maletas. Su padre entra en el cuarto y lo amenaza:
--Si te vas no vuelves¡¡Estás muerto para mi¡
La mujer suplica a los dos, padre e hijo se miran como enemigos. El principe pone cuatro cosas en una maleta y se acerca a la puerta. El padre lo agarra del brazo. Lo mira con odio:
--¡¡si crees que vas a ser feliz con esa gitana ramera te equivocas¡¡
Benicio se sorprende defendiendo a Kassandra con esa devoción:
--¡no te metas con Kassandra¡ ¡¡Ella no te ha hecho nada y es mejor que esa princesa que se vende al mejor postor¡¡
Su padre se le ríe y lleno de prepotencia le dice:
--¡¡cuando yo quiera la destruyo¡¡
El padre arrastra a su mujer hasta su recámara. Le dice a su hijo que no lo quiere volver a ver. Molesto con la amenaza de su padre, Benicio va al despacho de esto. Abre la caja fuerte y saca unos documentos.
--En caso que quieras jugar duro... Los dos jugaremos al mismo juego. A ver quien destruye a quien.
Benicio esconde esos documentos en su ropa y sale. Sale sin mirar atrás.

Kassandra sale de su estudio. Está triste. Alguien la llama desde el piso de arriba.
--¿porqué tan triste morena?
Kassandra se gira y mira sorprendida a su amado.
--¿¿tú?
La gitana está como en shock. No entiende nada.
--¿¿qué haces aquí?
Benicio salta la altura que los separa y corre hacia ella. La agarra de la cintura.
--alquilé el piso de arriba para que sea nuestro nido de amor. Mis padres me han echado de casa porque no me quiero casar con quien ellos han elegido. Ahora no soy nada. No tengo nada que ofrecerte pero me harías muy feliz si quisieras vivir conmigo.
Kassandra lo abraza euforica y lo besa. Él sonríe con ternura.
--¿eso es un sí?
Ella está feliz:
--¡¡es un contigo hasta la muerte¡
Y por fin le dice lo que tenía callado y no le decía para no hacerle sentir mal, para que se sintiera libre.
--¡¡te amo, te amo¡
Benicio la acaricia el pelo:
--yo también te amo.
Ella está feliz pero tiene dudas:
--Me duele que tengas que renunciar a todo por mí. No quiero que en el futuro te arrepientas de esta decisión que tomas hoy.
Benicio se muestra sonriente aunque lo que le ha pasado le duele:
--tú has perdido a tu abuela y yo a mis padres... estamos a la par.
Él la toma en brazos, entran en el apartamento. Es más pequeño que su cuarto pero igual el príncipe está contento con la decisión que han tomado. La deja en la cama y hacen el amor. Luego mientras él queda desnudo en la cama, ella recoge la ropa de los dos. Encuentra los documentos que Benicio robó de la caja fuerte de su padre.
--¿¿qué es esto?
Benicio, muy nervioso. Se levanta totalmente desnudo y le arranca de las manos los documentos. A la gitana le sorprende está actitud.





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