viernes, 2 de octubre de 2020

Capítulo 25





Juan le ha propuesto a Cruz que sigan la investigación por separado. En realidad Juan lo hace para no levantar sospecha, porque es lo que piensa que tiene que hacer pero aunque por un lado siente que lo detesta, por otro no quiere separarse de él.
--¡¡ni hablar¡ ¡¡Yo no te dejo solo¡ --dice Cruz sin pensar.
Juan lo mira burlón y dice:
--¿tanto te gusto.?
--¡¡claro que no¡ ¡¡Ya sé que estás muerto por mí pero yo para nada¡
Los dos se miran con pasion y odio. Para no caer en la tentacion, para cambiar de tema, Cruz dice:
--voy a comprarme un helado.
Juan se le ríe:
--payaso. Ni que fueras un niño chico.
Cruz mira a Juan por encima del hombro:
--¡¡si claro, es que los helados no son para boludos¡
Juan está furioso pero no dice nada. Se le ha ocurrido algo. Cruz va a comprarse su helado. Juan lo sigue muy de cerca. Justo en el momento que Cruz tiene el helado Juan le da un pequeño empujón y Cruz queda todo lleno de helado. Juan se muere de la risa.
--¡mira lo que hiciste¡ ¡¡fue a drede¡
Juan muy divertido dice:
--¡¡claro que sí, tarado¡
Mientras que Juan ríe como un loco Cruz trata de limpiarse con las servilletas del heladero.
--¡¡eres un boludo de mierda¡
--¡¡esa boquita sucia --dice Juan con ironía-- claro, como todo tú¡
 Cruz desea asesinarlo con la mirada. Juan le pone la mano en los hombros. Lo desea. Pero se está riendo de él y Cruz lo rechaza con rabia.
--No seas así --dice Juan con ironía-- para que veas que soy buena onda vamos a mi casa. Ahí te daré ropa nueva para que te cambies.
Los dos se miran seductores. Cruz no dice nada porque está seguro que ha sido un truco de Juan para acostarse con él.  Cruz va hacia su auto muy molesto. Juan detrás de él no deja de reirse. Cruz lo mira verdaderamente muy molesto:
--¿es que querés que te rompa la cara?
--Si perdón. Ya no me vuelvo a reír. --dice Juan divertido.
Se pone la mano en la boca pero no puede dejar de reir. Cruz va a meterse en el auto enojado, con burla Juan dice:
--¿no será mejor que te metas en el maletero? Lo digo para no manchar...
Cruz lo fulmina con la mirada y entra en el auto.
--tú mismo --dice Juan con burla.
Cruz arranca ya el auto antes que Juan acabe de meterse.
--¡¡es que me querés matar? --pregunta Juan.
--No sería mala idea --dice Cruz.
Los chicos hacen el resto del trayecto en silencio. Nada más llegar al departamento de Juan, Cruz empieza a hacer un strip-tease. Empieza a bailar mientras se va quitando la ropa. 


--¿¿qué hacés, boludo? --dice Juan fingiendo frialdad aunque le gusta mucho.
Cruz tiene la camisa abierta, se va bajando los jeans. Le guiña el ojo a Juan:
--Esto es lo que querías, maricón..Me querías ver desnudo. Por eso me manchaste.
Aunque hay deseo en los ojos de Cruz también hay burla y eso es algo que Juan no suporta.
--¿¿qué decís? Si das asco.
Cruz mira coqueto a Juan mientras se baja el boxers:
--¿así?¿y porque no dejas de mirarme con esa cara?
Los dos están muy excitados. Los dos vibran de deseo.
--Mira, si lo que pretendes es curtir conmigo...  Podría hacer el sacrificio sí...
Juan habla con una indiferencia que molesta a Cruz:
--¿Sacrificio tú? ¡¡aquí el único que ha hecho un sacrificio he sido yo¡ ¡¡No imaginas lo duro que ha sido tener que curtir contigo¡ ¡¡ha sido de horror¡ ¡¡tú te mueres por mí¡ ¡¡Reconócelo¡
Cruz habla entre la furia, la burla y la negación de sus propios sentimientos. Juan está alterado. Sofocado.
--¡¡Ya me tenés harto... vete al baño a ducharte que yo ahora te busco ropa y si no te veo más mejor¡
Juan le señala una puerta.
--¿por la cocina? --pregunta Cruz.
--Si, es esa puerta. Es el de servicio. Es que si no tendría que desinfectar.
Cruz está tal excitado con la idea   de hacer el amor con Juan que no se da cuenta que se está metiendo por una puerta de atrás y queda en las escaleras. Fuera de la vivienda. Juan se apresura a cerrar la puerta dejando a Cruz fuera de la casa y en bolas. Cruz empieza a golpear la puerta con furia.
--¡¡abrí boludo¡
Juan saborea su victoria:
--¿¿y ahora qué, reinita linda? ¿¿quien es el boludo ahora? --dice burlón.
Más que preocuparle quedarse en bolas lo que a Cruz le da rabia es la risa de Juan. No piensa permitir que se sienta un triunfador.
--¡¡boludo. Más que boludo.¡
A Juan le da mucha rabia no verlo vencido:
--¡¡no me llames boludo¡
Cruz no deja de tocar la puerta:
--¡¡abrí, boludo¡
--¡¡pideme perdón por haberme tratado mal¡ Dime que te gusto que estás dispuesto a pedirme de rodillas que te coja porque lo necesitas.
--¡¡ni muerto, boludo¡
--Pues te quedas aquí.
Cruz no se deja derrotar. Juan espera un momentos. No se oye nada. Lo llama pero no le contesta.
--¿se fue?
Piensa que tal vez es un truco para que abra la puerta. Empieza a oir gritos por la calle.
--¡¡No puede ser.¡
Se asoma por la ventana y ve a Cruz huyendo por la calle. No se lo puede creer. Antes de girar la esquina, Cruz mira al balcón y le sonríe divertido. Le saluda con la mano burlón. Luego se va corriendo. No se ve angustiado y eso es lo que más rabia le da a Juan.
--¡¡flor de boludo¡ --dice con desprecio.














Cruz corre bien deprisa, no piensa en nada. Las mujeres lo miran entre el deseo y la sorpresa. Algunas señoras mayores no les gusta el espectáculo y llaman  a la policia. Justo cuando Cruz oye sirenas acercándose ve una procesión.
--¡¡permiso, permiso¡
Se va metiendo hasta acercarse al santo y así escapa de la policía. La gente lo mira raro, él con cara de seductor alza los brazos y da una vuelta para que lo vean bien. A la mayoria se les va los ojos. El chico es muy atractivo y está en todo su esplendor. Con los brazos alzados y voz enérgica, Cruz dice:
--Y Caminarás desnudo como un recién nacido por los valles de Judea.
La gente lo mira sorprendido. Con cara de bueno y tímido él dice:
--es una promesa que estoy cumpliendo.
Las señoras lo miran boquiabiertas y encantada. Cruz mira a todos lados. Sonríe a todo el mundo. Le gusta sentirse deseado. Justo cuando acaba la procesión estira un poco de la tela de la plataforma de la virgen y así llega a su casa. Por suerte su hermana no está y  no tiene que dar explicaciones. Tiene tiempo de planear su venganza.
--¡¡me la vas a pagar¡ ¡¡maldito, maldito¡¡

Cae la noche, Cruz ha llamado a Juan.
--necesito verte.
Juan se le ríe:
--¿me vas a pedir perdón? Yo sabía.
Baja divertido. Mientras busca a Cruz éste sale de repente. Le da un puñetazo en toda la cara y lo deja inconsciente. Lo arrastra hasta una farola que hay en frente. Lo ata. Luego con unas tijeras le quita toda la ropa. Juan no tarda en despertar. Se pone como loco.
--¿¿qué hacés? ¿¿qué es esto?
Cruz tiene los harapos de su ropa en la mano. Lo mira burlón.
--¡¡no, ni te atraves. No te vayas.¡
Cruz lo saluda con la mano y lo deja en bolas, atado en una farola y furioso.










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