viernes, 2 de octubre de 2020

Capítulo 37

 

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Cruz llega con su auto al departamento de Juan. Está triste y desea refugiarse en sus brazos. Quisiera acostarse con él. Juan lo está esperando abajo. Justo frente a su moto. Juan ve a Cruz tan abatido que no le nace atacarlo. Le pone la mano en los hombros. Lo mira con cierto cariño:
--¿¡como va todo?¡
Cruz desea abrazar a Juan pero no lo hace por miedo. No quiere revelar sus sentimientos para evitar que Juan lo use en su contra. Se queda apoyado en su auto.
--Venimos con Marili para hacernos la prueba de ADN por suerte no la vimos a Clara. Esta semana se nos hará tan larga.
--que mala onda lo de tu hermana ¿y si nos pasa a nosotros?
Cruz lo mira molesto:
--¿que decís?
--No sé ... habeis dicho tanto que yo soy hijo de ese Principe... imagina que si el secreto que une a nuestros padres es que eran hermanos o algo así.
--bueno en todo caso seríamos primos, no sería el mismo caso con mi hermana. Tampoco sería tan raro que dos primos se hayan acostado. Fueron un par de polvo que ya olvidamos¿no?
Cruz quisiera que Juan se jugara por eso que sienten los dos pero no lo hace. A Juan le angustiaba pensar que sus sangres puedan estar unidas y que lo que siente por él fuera aún más tormentoso.
--si claro... bueno... sólo primos... igual ¿quien te banca como primo? Así almenos cuando acabe todo esto del cuadro no nos veremos más pero si fuéramos primos... 
A Cruz le duele que Juan se muestra tan arrisco con él. Juan piensa que en el fondo no sería tan malo ser parientes porque así no se tendría que alejar de él.
--Dejate de boludear y vamos a laborar --dice Cruz molesto.
--¡¡No me llames boludo¡
--¡¡No te lo llamé¡ ¡no tengo ganas de discutir con un tarado como tú¡
--¡y yo menos, tontín¡ --Juan burlón.
Cruz va entrando en su auto y Juan se va a subir en su moto.
--¿¿qué hacés. boludo?
--¡¡no me llamés boludo... no pienso ir con alguien que me llamaba boludo¡
Los dos se miran molestos. A Cruz le duele que Juan no quiera ir con él.
--Perfecto... si quieres ir solo a buscar a tu bisabuela yo me voy a mi casa. Quiero estar con mi hermana.
A Juan le gusta pensar que Cruz quiere estar con él pero no puede evitar atacarlo. Sus ganas de atacarlo son tan fuertes como el deseo, el amor que siente por Cruz.
--¿qué pasa al nene le gusta estar con este macho de aquí? ¿te pasan cosas conmigo, reinita?
Cruz no soporta el tono de burla de Juan y con rabia le dice:
--¡¡asco... me da asco ir contigo así que mejor cada uno por su lado¡
Juan no le da tiempo a irse. Lo detesta pero le atrae. Juan se monta en el auto. Al lado de Cruz. Cruz le sonríe coqueto y dice:
--¿a quien le pasan cosas con quien? --dice Cruzburlón.
Juan se ríe como si le diera igual lo que dice Cruz pero le molesta que se ría de sus sentimientos:
--ya te gustaría a ti. Lo que pasa es que así ahorramos gasolina.
--bueno, bueno... comencemos a buscar que no quiero estar toda  la mañana fuera. Cuando regresé Marili quiero estar en la casa.
--¿y donde fue? ¿a lo de Clara?
--No espero que no. Prometió no hacerlo. Gue a donde la academia esa de esgrima.ñ. Creí que no había otros profesores.
--sí, sí los hay¿tu hermana es buchona?
--No, tranquilo. No dirá a nadie lo nuestro.
Juan traga saliva:
--¿lo nuestro?
Los dos se miran con ganas de besarse. 

Maria Lidia en su auto se ha parado delante de la casa de Clara. Mira hacia allá llorosa pensando en los momentos tan lindos que ha compartido con ella. Golpea el volante con rabia. Clara la ha visto tras la cortina. Su alma está rota. LLora. Las dos amigas, amantes y posible hermanas están deshechas. Sus vidas se han detenido y están a la espera de un análisis  que puede cambiar su vida para bien o para mal.

















Juan y Cruz están dando vueltas a pie por los barrios cercano a donde vivió la gitana Dorinda. Desean hablarse, decirse tantas cosas. Aclarar lo que sienten el uno por el otro pero no lo hacen.  Dan vueltas pero no logran encontrar nada.
--esto es una locura ¡¡estoy podrido¡ --dice Cruz.
--¿y qué hacemos?
--No sé. Mañana seguimos. Yo me estoy meando. Preguntemos si hay algún baño...
Juan va tras él.
--¿me están siguiendo? ¿tantas ganas tienes de vérmela? --le dice Cruz burlón.
Juan responde con un gran sarcasmo:
--Por favor, si sólo tú debes disfrutar viendo esa cosita pequeñaja y fea.
--pero bien que disfrutabas con ella en tu boca --dice Cruz pícaro.
--¡ni me lo recuerdes que me dan arcadas¡ --dice Juan que guarda un muy buen sabor de boca de esos momentos. 
Sólo hay dos urinarios para alegria de ambos. Los dos juntos. Les cuesta disimular cuanta les gusta al uno el rabo del otro. No se sacan los ojos el uno del otro.  Juan se venga de las burlas que le ha hecho Cruz y es el primero en decir:
--controlate ¿no? Si me la querés mirar mira pero sé discreto. Me incomoda.
Y Cruz al que Juan está mirando tanto como Cruz a él:
--¿¡que decís?¡ --dice Cruz molesto.
--me la estás gastando de tanto mirarme la pija. --Juan con ironía.
--¡¡si eres tú¡ --Cruz muy enfadado porque Juan se está riendo de él y prefiere que sea al contrario.
--¡¡que más quisieras¡ --Juan.
Los dos se miran de reojo.
--¿porque no reconoces que te mueres por mi? --dice Juan que está deseando que Cruz le diga algo para amarlo y luego despreciarlo.
Cruz quisiera acostarse con él pero para después humillarlo. De ninguna de las maneras aceptaría que fuera al revés.
--¡¡boludo¡¡ --Cruz
--dejate de joder.
Juan sale el primero. Cruz va detrás de él. Los dos están ardiendo.



Cruz llega a su casa. Se encuentra a Maria Lidia sentada en el sofá llorosa. Se sienta a su lado.
--¿como lo llevas?
Lo mira llorosa:
--mal.  El infierno no puede ser pero que esto...  Nunca había sido tan feliz ¿¿¡porqué me ha tenido que pasar esto??
Cruz la mira con tristeza:
--No te pongas así. No soporto verte tan triste.
Maria Lidia abraza a su hermano deshecha:
--¿¿es un castigo? ¿¿tan malo es lo que siento?
--¡no, el amor nunca es malo¡
--¿y porqué lo ocultamos?
--Por boludos --dice Cruz con cariño.
--¿¿y qué hay de ti? ¿¿que te pasa con Juan?
Cruz se levanta. Se pone nervioso.
--¡¡nada... es un boludo¡
Maria Lidia acaricia a su hermano con cariño:
--si te gusta juegate con él... No esperes a que sea demasiado tarde
Cruz no sabe como decirle a su hermana que lo desea tanto como lo detesta. Los interrumpe el sonido del teléfono. Es para Cruz. Alguien que le dice algo muy inquietante. En seguida llama a Juan.
--¡¡me llamó la vieja, la que ayudó en el parto. Al parecer tu  bisabuela sufrió un infarto y quiere hablar contigo antes de morir¡ --dice ansioso.
Juan se queda conmocionado. No sabe si quiere saber lo que Dorinda le quiera decir. Los hermanos están nerviosos. Se estan acercando a la verdad.



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