viernes, 2 de octubre de 2020

Capítulo 34

 




Cruz sale de la tienda al lado del anticuario que parece un adolescente en celo. A Cruz le hace gracia el deseo, los nervios del hombre que pese a ser incluso mayor de lo que sería su padre de estar vivo parece que esté apunto de perder la virginidad. Mientras que Tommy cierra la tienda, Juan se acerca a Cruz. Se nota molesto:
--¿¿qué haces con este viejo? 
--¡que te importa¡ --Cruz burlón.
Para Tommy es algo vital acostarse con ese joven. Se da cuenta que entre Cruz y Juan pasa algo y tiene miedo. Le asusta pensar que se pudra todo cuando ya sentía ese cuerpo con el que ha soñado los últimos 26 años como suyo. Se pega a Cruz, lo abraza por la cintura para mostrar posesión del joven. 
--¿pasa algo, mi amor?
Juan siente deseos de matar a Tommy. Cruz no quiere que Tommy se quede con las ganas y además le gusta sentir celoso a Juan.
--Nos vamos, mi amor.
Cruz le da un beso ligero en los labios a Tommy. El anticuario está derretido. Juan se lleva las manos a la cabeza. No puede creer que Cruz se vaya con el anticuario y menos que le haga demostraciones en público. Juan mira a Cruz con odio. Desea decirle muchas cosas pero no las dice por miedo a verse descubierto en sus sentimientos. Cruz pasa por lado Juan, ni lo mira. El gran rencor que siente Juan hacia Cruz es evidente. 
--¿lo conoces? --le pregunta Tommy,
--no.
Juan queda furioso







.

Tommy lleva a Cruz a su departamento.
--está lindo.
--¿quieres tomar algo?
A Cruz le hace gracia los nervios de Tommy.
--parece tu primera vez. --dice sonriendo.
Tommy mira a Cruz como si fuera un sueño:
--No te imaginas lo importante que es para mí este momento, he soñado tanto con yu rostro, con tu mirada.
Cruz sonríe halagado, Abraza a Tommy, lo besa.
--pues vayamos a lo que vamos, espero no decepcionarte.
Tommy se derrite en brazos de Cruz. Cae desnudo en la cama, está temblando. Contempla excitado como Cruz le hace un strip-tease.
--¡¡por, por fin¡
Se estremece al verlo desnudo.
--que ganas, tenía--dice Tommy al tenerlo en boxers.
Queda mudo de la emoción, del deseo mientras que Cruz se baja el boxers con mirada muy sensual. Tommy está extasiado. Jamás había visto nada más bello. Cruz le guiña el ojo:
--es la primera y la última vez... no nos volveremos a ver --le advierte.
Tommy lo sabe y lo acepta. Está feliz de verlo desnudo. Es poesía para sus ojos. El hombre hace que sí con la cabeza. El cuerpo del chico es una joya y sabe que es demasiado preciado como para disfrutarlo más. Cruz se une a él. Pese a la gran diferencia de edad, a Cruz le emociona sentir temblar a Tommy que disfrute ese coíto como si fuera la primera vez. Bajo el balcón Juan lo espera rabioso. Ni él mismo sabe que está haciendo, no puede creer que está esperando a Cruz mientras que se está acostando con otro pero aunque quiere irse de ahí no puede, algo lo retiene y es la forma tan cariñosa en la que Cruz trató al anticuario y el miedo a que nazca algo entre ellos.
--¡¡no, no¡ ¡¡podría ser su abuelo¡ --dice Juan para sí nada convencido.
Tommy es un títere en brazos de Cruz que lo hace suyo con pasión, con calidez. Se desvive por dejar un buen recuerdo en el cuerpo de Tommy. Éste se desgarra de gusto, muerde la almohada para no gritar tanto, llora de felicidad. Es su gran sueño, es como siempre pensó que sería coger con ese guapo joven que lo sedujo casi tres décadas atrás. Juan sigue esperando mascando chicle. Dando vueltas por el mismo lugar.
--¿¿pero qué tanto tarda? conmigo fue muy rápido.
Juan vibra, goza al recordar lo rico que se siente en brazos de Cruz y aunque no quiere aceptar lo hecha de menos. Quisiera estar en lugar del anticuario. Tommy queda extausto y muy satisfecho. Se hace el dormido para no hacer sentir mal a Cruz. El chico agradece no tener que despedirse. Se viste a toda prisa y se va. Tommy abraza esas sábanas que aún tiene el aroma de Cruz. Está feliz, el recuerdo de ese momento que han compartido no lo olvidará nunca. Cruz se sorprende a encontrar en el portal a Juan esperándolo.
--¿¿qué hacés acá?
--pasaba por acá --dice Juan serio haciéndose el disimulado.




Los chicos empiezan a caminar juntos. Cruz no le dice nada. Sonríe pícaro. Le gustan los celos de Juan. 
--¿que pasa con ese viejo?
Aunque Juan quiere fingir que no pasa nada se nota que está atormentado, que le duele mucho pensar que han curtido.
--nada. Es un amigo.
--¿lo volverás a ver? --Juan molesto.
--no sé ¿qué pasa? ¿celoso?
--No sólo me interesa por las pistas.--dice Juan fingiendo indiferencia.
Cruz no lo mira pero sonríe pícaro:
--pues no te preocupes. Tommy no sabía nada de él.
Juan no lo piensa, se para. Le agarra del brazo:
--¿¿¡y por eso has curtido con él¡? --le reprocha furioso.
Cruz se aparta de él:
--para empezar no me toques y en segundo lugar... He curtido con él por el gusto de hacerlo ¿y? --le dice desafiante.
--¡Eres una bestia¡¡ --le reprocha Juan dolido.
--¿celoso? --Cruz con ironía.
--¡¡no¡¡ me das asco.
Cruz le guiña el ojo, le acaricia el rostro:
--en la cama no decías lo mismo. --dice pícaro.
Juan lo desea pero le duele, le da un pequeño empujón:
--¡¡no me toqués la cara¡ --le dice como si le molestara.
Cruz se muestra pícaro:
--¿porqué no reconoces que te mueres por mi?
--¡¡en todo caso eres tú el que no haces más que recordar que curtí contigo¡ ¡¡¡por mi parte jamás volverás a tocarme... eres tú el que te mueres por mí.¡ ¡¡pero escúchame bien¡ ¡¡sé que disfrutaste en mis brazos como nunca en tu vida pero jamás te daré de nuevo ese gusto, ¡¡jamás¡
Cruz siente bronca porque Juan se le niega, tampoco quiere aceptar que le apetece volver a acostarse con él. Prefiere fingir que le da igual.
--si claro... --dice Cruz con burla.
y ya cambia de tema:
--vamos a buscar a tu bisabuela.
--no la digas así.
--pues a la vieja gitana, se va a cansar de ver tu fea cara.
--peor la tuya.
Los dos siguen discutiendo de tonterías, Juan está molesto porque Cruz no ha seguido la discusión sobre las relaciones sexuales. A Cruz también le encanta discutir de ese pero prefiere que sea Juan quien inicie el tema. Juan y Cruz van paseando por el barrio en donde encontraron a Dorinda. Esperan encontrarla en cualquier lugar. Pasa el tiempo y nada. Encuentran a una mujer que le da un golpe con el bolso a Cruz:
--¡¡sinvergüenza¡ 
Cruz y Juan se miran sorprendidos.
--¡¡está loca, señora¡ --dice Cruz.
--¡¡tú eres un descarado... atormentar a una pobre anciana¡ --dice la mujer.
--¿Dorinda? --pregunta Cruz. 
Los dos chicos se miran muy sorprendidos e intrigados. Preguntándose de lo que estará hablando esa mujer.

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