viernes, 2 de octubre de 2020

Capítulo 19


Tanto Juan como Cruz se mueren el uno por el otro. Desean tenerse y disfrutar el uno del cuerpo del otro pero ambos son muy activos, les gusta llevar siempre la iniciativa. A los dos les gusta humillar al otro y es por eso que siempre chocan. Cruz no soporta que Juan quiere llevar la iniciativa, que lo trate con inferioridad:
--mira boludo...
Juan no lo deja seguir. Con mucho desprecio y furia le dice:
--¡¡no me llamés boludo... bebito¡
Los dos se miran desafiantes. Cruz le rompe la tarjeta y se la tira en la cama:
--¡¡yo no necesito nada de ti¡
--¡¡pues tú te lo pierdes¡¡
Cruz se va muy digno aunque por dentro se muere de rabia porque quería curtir con él.
--¡¡que boludo, que boludo¡¡
Juan se ha quedado frustrado.
--¡¡maldito sea, maldito sea¡
Le da mucha rabia pensar que no lo volverá a ver. También siente un gran dolor dentro de él. Cruz está furioso  con Juan.
--¡¡se va a arrepentir de haberse burlado de mí¡¡ ¡¡se la tengo que cobrar¡ ¡¡sea como sea se la tengo que cobrar¡¡
Cruz está muy alterado da patadas a la pared.
--¡¡es un desgraciado¡
Tiene grabado en su piel su aroma, sus huellas. En su boca  el sabor de sus labios. No quiere aceptar que Juan le guste.
--¡¡no, no¡ ¡¡es por el cuadro¡
Cruz está muy impactado por la belleza de Benicio en el cuadro, por la sensualidad que desprende.
--Me acosté con él por el del cuadro, por nada más.
Es entonces cuando se da cuenta de que tenía que cumplir una misión. Se lleva las manos a la cabeza.
--¡¡no, el cuadro¡
Se enfurece consigo mismo.
--¡¡Marili me va a matar y con razón¡
Se da cuenta que ha perdido la oportunidad de entrar en la casa de Juan para buscar el cuadro. Sonríe pícaro pensando que además se hubiera acostado con él. Mira hacia la puerta del centro con la intención de volver atrás pero el orgullo pesa más que otra cosa y acaba marchando. Juan lo espera un buen rato con los trozos de su tarjeta en el piso:
--Tiene que volver, tiene que volver.
Siente dolor y rabia porque no vuelve.
--¡¡me va a pedir de rodillas que me acueste con él y le voy a escupir en la cara¡
Da un puñetazo a la pared. Está ardido porque se ha quedado por las ganas de coger. Le informan que ya tiene que comenzar la clase pero Juan dice que le duelen las heridas y se toma el día libre. Toma un taxi porque no puede montar en su moto. Está muy adolorido. Maria Lidia se lo encuentra en la puerta. Iba a sus clases. Ha cambiado el turno pero no ver a su hermano.
--¿¿qué te pasó? --le pregunta sin imaginar lo que ha pasado con su hermano.
Para Juan la joven es una de esas chicas más que le coquetean pero en realidad la hermana de Cruz nunca le hizo caso y si ahora se muestra amable es porque le interesa tener un acercamiento con él por si averigua algo.



Cruz llega a su casa.
--¡¡Marili¡
Le tranquiliza ver que no está. Así no tiene que darle explicaciones. Se sobresalta. Por un momento le parece que Juan está en la casa. Sólo es el cuadro. No se esperaba encontrárselo en el salón. Es un cuadro grande. Es como si tuviera a Juan desnudo en su sala. Se lo queda embobado mirando ese cuadro.
--como me gusta.
Piensa en Juan con rabia.
--¡¡desgraciado, un día de estos lo voy a matar¡
La fuerte de atracción que siente hacia Juan sólo puede compararse con el gran odio que le tiene.  Se pasa un buen rato mirando ese cuadro ensimismado. No se da cuenta que su hermana llega a la casa. Se sorprende al verlo mirar ese cuadro tan a detalle. Cruz está excitado mirando milímetro a milímetro esa pintura que lo ha enamorado.
--¿que tanto miras? --pregunta ella sorprendida.
--tratando de buscar pistas.--dice él nervioso.
Maria Lídia se asusta al ver que está golpeado:
--¿¿qué te pasó?
--No, nada.
Cruz no se atreve a mirar a su hermana a la cara. No quiere que ella descubra lo que está pasando con Juan.  A ella  le parece sospechoso que los dos estén golpeados.
--¿porqué te peleaste con Juan? ¿¿qué hiciste? ¿¿¡le contaste algo?
Maria Lidia mira a su hermano con reproche y Cruz no le quiere dar explicaciones:
--¡¡no, claro que no¡ ¡¡No lo vi... aún no me ocupé de eso¡
Entonces Maria Lidia se enoja con su hermano:
--¡¡es que todo lo tengo que hacer yo¡ ¡¡yo estoy entrando en casa de Clara¡ ¡¡tú debes entrar en casa de Juan a como dé lugar¡
--¿y qué haces en casa de Clara?
Maria Lidia se pone nerviosa:
--¡¡eso no importa¡ ¡si no te ves capaz de averiguar nada yo me encargo de Juan¡
Cruz no quiere que su hermana sea una más de esas chicas que le van detrás a Juan como moscas a la miel. 
--¡¡No, tengo un plan¡ tengo pensado ir a casa de ese tipo Juan es que se llama ¿no? --pregunta Cruz para disimular.
--Pues ahora es un buen momento, se anularon las clases porque está muy golpeado... así como tú. Ten averigüé su dirección
Cruz mira el cuadro con la dirección de Juan en la mano. Con cara de depravado sonríe y dice:
--sí, ahora iré a verlo.
--¿¿y qué le harás para entrar?
--Tú tampoco me cuentas lo que haces con Clara ¿no? --pregunta Cruz sonriendo.
Tampoco piensa que haya ningún misterio aunque se hermana se pone muy nerviosa cuando hablan de Clara.  En realidad Cruz está muy nervioso y muy excitado pensando en que si o sí tiene que volver a ver a Juan, que sea como sea tiene que entrar en su casa. 

Juan está en su casa, tumbada en el sofá. Furioso, frustrado. Tocan al timbre.  Le duele demasiado todo el cuerpo y no le apetece abrir. Tocan como un loco. Entonces no le queda más remedio.
--¡¡ya va... ya va¡ ¿¿quien toca de esa manera?
Se queda de piedra al ver que es Cruz.
--¿¿tú?
Cruz le guiña el ojo. Lo mira coqueto.
--¿no me invitas a pasar?
Juan se aparta. 
--Si claro.
Juan está muy excitado de tenerlo en su casa aunque tiene que hacer un esfuerzo por fingir.
--¿vives aquí tú solo?
Cruz mira por todos los lados buscando algo que le sirva de pista.
--Si, ¿porqué?
Mira una foto de un matrimonio que hay en una estanterías:
--¿¿quienes son?
Juan está sorprendido:
--Mis padres... ¿y este interrogatorio?
A Cruz le sorprende más que Juan sea idéntico al chico del cuadro y en cambio no se parezca en nada a sus padres.
--Benicio...
Juan se queda muy sorprendido:
--¿¿como me llamaste?
Cruz no se ha equivocado, lo ha llamado con ese nombre para ver si descubre algo, para ver como reacciona Juan.












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