viernes, 2 de octubre de 2020

Capítulo 35

 








Juan mira incrédulo a Cruz que está siendo atacado por una desconocida que lo insulta.
--¡¡yo necesitaba de sus consejos, siempre me leía la mano y ahora por tu culpa ya no está entre nosotros¡
Juan queda muy impactado.
--¿se murió? --pregunta Cruz.
La mujer no deja de atacar a Cruz con el bolso:
--¡¡claro que no, eso es lo que tú quieres¡
Cruz, con sus manos en la cabeza trata de protegerse:
--señora yo lo único que quiero es hablar con Dorinda.
La mujer no deja de atacar a Cruz. Éste mira a Juan con cara de suplicarle que lo ayude.
--Nosotros solo queremos hablar con Dorinda. --Juan.
--¡¡pues se fue, se mudó. Tantos años conociéndola...¡
No es una buena noticia para los chicos.
--¿¿cómo que se fue? ¿¿a donde? --pregunta Cruz.
la mujer es clara:
--No sé y si lo supiera no se los diría.
Juan se queda algo triste. Ahora que ha empezado a buscar sobre su pasado tenía ganas de saberlo todo. No quiere mostrar sus sentimientos pero le da pena sentirse perdido. Cruz le pone las manos en los hombros:
--encontraremos a tu bisabuela.
Como siempre a Juan le molesta pensar que a Cruz le mueve la compasión. Se aparta de él.
--¡¡a mi me da igual esa señora y además ¿¿cómo se supone que la vamos a encontrar. ¿eh listillo?
Los dos chicos se siguen atacando con sus palabras:
--¡¡pues con la mujer que ayudó en el parto, si nos ayudó una vez nos puede ayudar otra vez¡
--¿¿y qué te hace pensar que sabe algo? --pregunta Juan con ironía.
--¿se te ocurre algo mejor? --le reprocha Cruz.
Los dos van al convento en donde está la comadrona pero por más que insinten ésta no los quiere recibir. Si ven algo frustrados.
--¿¿y ahora? --pregunta Juan.
Cruz no dice nada. Se van en el auto. Están un rato en silencio hasta que Juan lo rompe para decir burlón:
--¿¿qué, lumbreras, se te acabaron las grandes ideas?
--¡¡callá, boludo¡
Juan le da un golpe en la pierna con su pierna:
--¡¡no me digás boludo¡
--¡¡pues no te comportes como tal y menos cuando estoy manejando, boludo¡¡
-¡no repitas esa palabrita odiosa, si estás enojado porque no sabes como seguir no es mi culpa¡ --le regaña Juan.
--¡¡tú tampoco sabes¡ --reclama Cruz.
Juan se calma un poco:
--¿¿y qué hacemos?
--pues seguir insistiendo. No creo que la gitana haya ido muy lejos, cada día iremos a un barrio diferente de las cercanias y volveremos al convento todos los días hasta que por pesados nos atienda.
Juan sonríe. Le gustaría pensar que Cruz se preocupa de averiguar cosas por él pero sabe que es por la petición de su padre y le apena pensar que Cruz no siente nada por él y que una vez acabe su misión no se volverán a ver.
--¿te dejo en tu casa o vamos a la mía?
Juan lo mira fijamente. Espera a ver si Cruz le hace alguna oferta "deshonesta". Cruz también lo está deseando pero prefiere que sea Juan quien tome la iniciativa para poder darse gusto de tenerlo en su cama y de burlarse de él.
--¿a tu casa? --pregunta Juan temblando.
Con una indiferencia absoluta (fingida)Cruz dice:
--sí para ver si las chicas tienen alguna novedad.
--si vale... aunque a lo mejor están ocupadas --dice Juan burlón.
Cruz lo mira regañón:
--¡¡no te pases con mi hermana¡¡
--No, sí me parece bien que se juegue por lo que quiere. Ojalá todo el mundo hiciera lo mismo.
Cruz ha parado un momento el auto. Se miran fijamente deseando que el otro haga una referencia sexual a ellos pero los dos se tragan la fuerte atracción que sienten el uno por el otro. Llegan a la casa.
--¿deben estar con Clarita? --pregunta Cruz.
Con cara de depravado Juan dice:
--¿no estarán en la cama?
Cruz lo mira molesto. Van hacia las habitaciones. Juan lo sigue muerto de deseo. Le fascina sus curvas. Desea verlo desnudo. A Cruz le fascina sentirse deseado. Se gira y guiña el ojo a Juan.
--¿me estás siguiendo? ¿es que me quieres llevar a la cama? --pregunta Cruz con ironía.
Con el mismo tono de burla, Juan le dice:
--es que te siento muy atraido sexualmente hacia mi, reinita.
Cruz se gira y lo mira molesto:
--¡¡no me digas así, boludo¡
--¡¡no me llames boludo, reinita¡
Los dos chicos están dispuestos a pelearse nuevamente pero Cruz oye sollozos en el cuarto de su hermana. No oye bien porque Juan no deja de meterse con él.
--¡¡que te calles, boludo¡
Cruz entra en el dormitorio de su hermana antes que Juan pueda protestar. Al ver a su hermano Maria Lidia se echa en brazos de su hermano llorando.
--¡¡pasó algo horrible.¡
Cruz está muy angustiado:
--¡¡que pasó?¡
--Clara... es mi hermana ¡¡Clara y yo somos hermanas¡
Cruz se ha quedado perpleja:
--¿¿¡¡qué estás diciendo??¡
Juan mira a los dos hermanos con pena:
--yo les dejo.
Ninguno de los dos se percata que Juan se va. Aunque lo comprende a Juan le da pena que Cruz no se fije en él. Maria Lidia está muy angustiada. Cruz la ayuda a sentarse en la cama. En cuclillas trata de calmarla:
--y ahora dime lo que te pasa.
Maria Lidia solloza:
--encontramos el diario de la mamá de Clara. Papá se acostó con ella.
Cruz la va acariciando:
--sí hizo lo mismo con mamá. Fue lo del cuadro pero eso no quiere decir...
Maria Lidia lo interrumpe, le cuesta mucho lo que tiene que decir y lo quiere hacer rápido:
--la mamá de Clara se acostó con él y con su exmarido a la vez. Quedó embarazada de cualquiera de los dos.
Cruz queda como en shock. Abraza a su hermana fuertemente. No puede creer lo que está pasando. Maria Lidia llora amargamente:
--¿te das cuenta? Me enamoré de mi hermana. me enamoré de mi hermana.
Maria Lidia está deshecha y Cruz no sabe qué decir para animarla. 





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