viernes, 2 de octubre de 2020

Capítulo 9

 Justo en el momento en el que Dorinda iba a destruir los cuadros de Benicio recuerda las palabras de Kassandea y la promesa de no destruir nunca esos cuadros. No puede destruirlos. Siente un gran odio hacia Benicio:
--¡¡pero no prometí que me los iba a quedar¡¡
Dorinda agarra esos dos cuadros y los deja con la basura.





(Pablo y el anticuario)

Días después, Pablo está perdido en Buenos Aires.
--nada que encuentro a Kassandra, perdi mi tiempo.
No ha tenido suerte en la ciudad. Aunque se fue porque sospechaba que su vida estaba en peligro le desespera el no tener empleo fijo, el no tener un lugar estable donde vivir. Sobretodo llevar meses tras unas pistas que no sabe por donde agarrar. Ya ha perdido las esperanzas de descifrar las palabras de Benicio, siente que le ha fallado a él y a su padre:
--es casi imposible que la encuentre. Ni siquiera sé que sea de Buenos Aires.
De pronto pasa frente a un anticuario, en el escaparate tienen un cuadro. Pasa de largo.
--un tipo en bolas, que mal gusto.--dice con cara de asco.
Vuelve hacia atrás al darse cuenta y mira el cuadro.
--¡¡Benicio¡¡ es Benicio¡¡
Pablo no sabía que su amigo había posado totalmente desnudo. Ve que el cuadro lo firma Kassandra. Está muy contento.
--¡¡es la pista¡ ¡¡es la pista¡ ¡¡gracias Dios Mio¡¡
Se queda mirando el cuadro. Benicio de lado, totalmente desnudo. Muy feliz. Poco se imaginaba el guapo príncipe cual era su destino. Pablo lo mira con tristeza:
--Por ti, por mi padre. Te juro que voy a averiguar la verdad.
Pablo entra en el anticuario dispuesto a hacerse con el cuadro de su amigo a como dé lugar.
--¿¿¡qué? ¡¡pero es mucha plata¡
Pablo hace lo posible por hacerse con el cuadro, porque le rebajen el precio.
--¡No es posible¡¡¡ ¡¡no pueden pedir tanto por un cuadro cualquiera¡ ¡¡se ve que es un cuadro muy moderno¡ ¡¡ni siquiera sé que hace aquí¡¡
--¡ese no es su problema¡ ¡¡lo va a comprar o no?
Pablo siente mucha bronca porque no tiene plata:
--¡¡no claro que no.¡
Pablo se queda un buen rato frente al escaparate mirando ese cuadro. Tratando de averiguar qué secreto oculta. Vuelve a entrar en la tienda. El hombre lo mira con desconfianza:
--¡¡y ahora qué querés¡¡?
Pablo se muestra amable:
--es que el chico del cuadro es un buen amigo mio¿No me dejaría examinar el cuadro?
El anticuario se le ríe:
--¡¡claro que no¡ ¡¡¡larguese y no me hinche las bolas¡
Pablo se da cuenta que sin plata no logrará nada.
--hagame un favor. Deme unos días. Juntaré la plata. No lo venda ¡¡no lo venda¡
Pablo se muestra muy ansioso. Le suplica.
--¡¡yo no tengo porque hacerle favor, no moleste más y vuelva con el dinero¡
Pablo lamenta que el vendedor no sea mujer:
--le hago unos cuantos trucos de los mios y seguro que la tengo loca. --dice para sí.
Pablo se va muy molesto. En la puerta de la tienda mira el cuadro de su amigo:
--¡¡te juro que serás mío, sea como sea será mío¡¡
Pablo se va a la pensión en la que vive pensando en cómo hará para conseguir el dinero. Por mucho que piensa se da cuenta que jamás podrá conseguir el dinero. Se lleva las manos a la cabeza desesperado:
--¡¡me quiero matar¡
A primera hora de la mañana Pablo va al anticuario, está dispuesto a todo: si es preciso hasta robar.

Una mujer rubia entra en el anticuario. Ha quedado prendado por el cuadro. Se ve que es una mujer con dinero. Entrega al anticuario el dinero que le pide y éste le entrega el cuadro. La mujer lo mira fascinada:
--que sensualidad, me encanta ese cuadro.
--Si es una belleza. La pintora tenía mucho estilo.
La mujer mira la firma del cuadro:
--Kassandra¿quien es la pintora?¿y quien es él?
--No tengo ni idea. --sorprendido-- ¿Puede creer que mi hijo los encontró en la basura?
--¡¡No puede ser¡¡ --casi escandalizada-- sí es una belleza. Y dice los ¿es que tiene más?
--había otro pero ya lo vendí.
--oh... es una pena. Tengo que lograr ¿ No me podría dar usted la direccion? yo trataría de llegar a un acuerdo con los dueños.
--es que no le pedí sus datos.
La mujer le da una tarjeta: María Navarro.
--por favor, averigüe algo y me mantiene al tanto. Yo le juro que le daré una bonificación.
El hombre se queda con la tarjeta, promete llamarla y María se va con su cuadro. Cuando llega Pablo ya no hay señal del cuadro.  Da golpes a la pared furioso.
--¡¡maldita sea¡
Siente mucha rabia, mucha bronca. Siente que le falló a su padre, a Benicio. Se hace un juramento.
--¡¡encontraré la verdad cueste lo que cueste¡¡
Entra decidido:
--¡¡usted otra vez?¡ --el anticuario.
--¿¿donde está el cuadro?
--¡¡Lo vendí¡¡
--¿¿a quien?
-- ¡¡eso no se lo pienso decir¡



Pablo mira al hombre con intensidad y lo siente temblar. Siente su deseo. Le guiña el ojo coqueto y el hombre se derrite.
--vaya, así que es gay. Si lo llego a saber ...--dice para sí.
Le coquetea y el hombre se estremece.
--yo la verdad es que...
Pablo se da cuenta que en el mostrador hay una tarjeta, la de María. Es demasiado temprano para que haya habido más clientes. Tiene que ser ella. Acaricia al anticuario mientras le hace ojitos:
--¿porqué es tan malo conmigo?
El hombre está que se derrite. No se da cuenta que Pablo le ha robado la tarjeta. El hombre estaría encantado de hacerle "un favor" a Pablo pero su esposa puede venir en cualquier momento y no quiere que descubra su lado gay.
--No puedo... lo siento.
--Ni modo.
Pablo se va contento con la tarjeta, el hombre lo mira irse sofocado. María no vive muy lejos de ahí. En un lujoso departamento. La portera es muy chismosa y le cuenta todo lo que necesita sin problemas.
--Si vino con un cuadro... si claro... yo le digo quien es... Si quiere la hago venir con una excusa.
Así es como Pablo conoce a María. Se queda esperando en la puerta. Cuando la ve salir en la tarde se hace el encontradizo. Se chocan. María lo ve y se le quita la respiración...
--perdón... soy un torpe.
--No importa.
Ella está totalmente seducida. Él la mira coqueto. La mujer es linda y no es ningún sacrificio seducirla. Por como tiembla se da cuenta que  llegar al cuadro será más fácil de lo que pensó.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Capítulo 50 y último

  Después de tanto tiempo buscando ese cuadro, Cruz no se puede creer que al fin lo tenga delante. Se lo queda mirando fijamente. Andrea es...