--¿qué hace usted acá? Yo no pensé volver a verlo.Ya pasaron desde días desde que...
Pablo le acaricia el pecho al hombre que vibra de deseo. Pablo se muestra coqueto:
--Yo no he podido dejar de pensar en ti.
Pablo es muy seductor y sus palabras matan al hombre. Muy sofocado le dice:
--mi mujer... está hay dentro.
Pablo se muestra decepcionado:
--no me gustan los que tienen doble cara. Los que están conmigo sólo tienen que estar conmigo.
Aunque le excita Pablo el anticuario quiere respecar a su esposa:
--será mejor que te vayas.Yo creí que venias por el cuadro pero...
Pablo lo interrumpe y como el que no quiere la cosa dice:
--sabe que finalmente lo compró mi hermana.
--¿tu hermana?
--Si, María Navarro es mi hermana.
--¿su hermana?
--Sí, a los dos nos gustó el chico¿es guapo eh?
Pablo le guiña el ojo pícaro y el anticuario se ruboriza:
--a mí me hubiera encantado quedármelo pero no quería que mi señora sospechara.
--a mi el cuadro me pone a 100.
--¡¡y a mi¡
Pablo está fingiendo que se pone cachondo para obtener lo que quiere de él:
--usted quedó con mi hermana que le iba a decir donde fue a parar el otro cuadro.
--No me volvió a llamar.
Pablo se pega al anticuario:
--pero es que ella está de novio y ya no le interesa... a mí sí.
--si pero hablé con la que lo compró y no lo quiere vender.
Pablo le pasa la mano por la espalda y el anticuario vibra cuando se va acercando al trasero.
--mi señora... está por venir.
Pablo cada vez se está pegando más a él. El anticuario le da los datos de la otra compradora:
--quizás nos podamos volver a ver --anticuario.
Muy coqueto Pablo le da un beso muy cerca del labio:
--tal vez...
El anticuario se va a 100. Pablo sonríe satisfecho. Si le va tan bien como con María pronto descubrirá el secreto que une a la familia de Benicio con la suya.
Pablo llega a la dirección que le ha dado el anticuario. Se encuentra a una joven muy bella lavando su auto. En realidad lo primero que ve es un trasero que le gusta mucho. La joven lleva unos pantalones muy cortos y ajustados. Un top que deja bien poco a la imaginación.
--¡madre mía¡¡
Pablo está totalmente hechizado por esa mujer. Ella se gira.
--¿¿¿qué tanto mira?¡
Se muestra muy dura. A Pablo le decepciona un poco pensar que no va a ser tan fácil tenerla como con María. Pablo se pone las manos en la cara:
--soy un gran adivino, me está viniendo algo.
Usa un tono de profecía. Ella se ríe de él:
--tengo mucho trabajo.
Se gira sin hacerle caso y él dice:
--Clara... te llamas Clara.
Clara se gira:
--como sabes?
A Pablo le gusta mucho la muchacha y temía que ella no fuera la que estaba buscando. De el pelo de ella saca un anillo:
--he venido a pedirte matrimonio.
Ella se ríe mucho, él la agarra del brazo.
--¿me dejas pasar a tu casa?
Clara lo mira molesta:
--¿¿crees que soy tan fácil?
--No sé --dice coqueto.
Es lo que él quisiera, que se le diera tan fácil como a María. Por la pista, porque ella le gusta mucho.
Mientras en Roma, Los Principes de la Civetta y los de Alturnia están felices por el nacimiento del heredero de los Civetta. Andrea , principe de la Civetta. Aunque Candela tiene un gran dolor en su mirada piensa que pese a todo almenos ese hijo será su vida y su futuro. Los padres de la joven le parece como un milagro que su hija saliera embarazada la noche de boda. Carlota está feliz.
--mi hijo se fue dejando un pedazo de él. Lástima que no le pusiste como el padre... Andrea... es lindo... --dice mirando llorosa a su nieto.
El único que mira a Candela con desconfianza es Gino. La feliz madre no mira a su suegro a los ojos. Tiene muy presente la imagen de la violación. Cuando la dejan a solas, Gino entra. Candela no quiere que Gino cargue al niño que está en la cuna pero Gino lo toma entre sus brazos:
--¿me vas a impedir que agarre a mi propio hijo? --dice con cinismo.
--¡¡No es tu hijo sino tu nieto¡
--¿en serio? Mi hijo nunca te embarazaría --dice él con desprecio.
Candela quisiera tener la mínima duda que puede ser hijo de su esposo pero sabe que no es posible. Recuerda perfectamente que él se cuidó.
--¿les vas a decir a todos que me violaste? --le reclama Candela.
Gino besa a su hijo y lo deja en la cuna.
Luego besa a Candela en la frente que lo rechaza con asco:
--gracias por este maravilloso regalo. Sólo quiero que te comportes como mi amante o te juro que como sea todos sabrán que tu hijo no es de mi hijo y si dices que es mio les diré que te me regalaste.
--¡eres un maldito¡
Gino se ríe:
--espero por un rico polvo.
Candela llora angustiada. Desearía huir con su hijo pero no. Aunque siente asco de pensar que es hijo de Gino. No quiere renunciar a lo que él supone.
Desde que conoció a Clara, Pablo ha desaparecido de la vida de Maria que no hace más que dejarle mensajes en el celular. Pablo no hace más que tratar de buscar un acercamiento con Clara pero ésta lo rechaza una y otra vez. Pablo la está siguiendo, ha tratado de entrar en la casa pero tiene alarma. Así que idea otra cosa. Está escondido, cuando la mujer pasa con el auto tira hacia ella un cubo de basura que rueda. Clara se asusta, se distrae. No sabe qué ha pasado. Pablo sale de un rincón y se mete bajo las ruedas del auto.
--¿¿¿tú?
Pablo se finge herido.
--¿¿es que me querías matar? Vale que no me quieras pero ¿matarme?
Pablo finge que cojea, Clara está muy asustada.
--¿¿¡se puede saber que estabas haciendo?¡
--esperarte --dice él con una mirada enamorada.
Clara siente mucha ternura de él. Pablo no quiere ir al hospital así que lo deja pasar. Pablo mira a todos los lados buscando en el cuadro. Está excitado por estar junto a ella y además al fin podrá descubrir el secreto del cuadro de Benicio. Mientras María se compra un test de embarazo. Está muy angustiada.
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